
SER AGRADECIDO.
El regalo más grande que hemos recibido es la vida. De manera natural, disfrutamos de nuestras capacidades humanas y de todo lo que nos rodea. Igualmente, podemos decir, que somos vulnerables y tenemos necesidades que requieren de la atención de otros. Es la razón fundamental por la que debemos ser agradecidos. Dar las gracias sinceramente de corazón nos ayuda a valorar lo que tenemos. Es la decisión y actitud que tomes lo que determina la calidad de tu existencia.
NADIE PUEDE GARANTIZARTE QUE AL FINAL DEL DÍA CONTINUAREMOS AQUÍ. EXISTIR ES TAN SOLO UN MOMENTO DE AGRADECIMIENTO UNA FORMA DE RECORDARNOS LO FRAGILES QUE SOMOS.(DRACHIR GIRÓN)
“Cuando bebas agua, recuerda la fuente”
Un proverbio chino recomienda: “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”. Solemos dar por hecho que el agua existe y que siempre contaremos con ella, también tendemos a considerar como “naturales” el alimento que tomamos, el techo bajo el cual dormimos, la familia que formamos, los amigos, la salud que gozamos.
Tenemos la falsa idea que todo aquello nos corresponde por derecho. Y pensamos igualmente que de no ser así eso se nos debe. Nos vemos a nosotros mismos como merecedores en vez de deudores. Sin embargo, si eres capaz de dar reconocimiento y las gracias a otro por un favor recibido. Por ejemplo: cuando te abren la puerta, te traen un vaso con agua, te seden un asiento, se interesan por tu salud, atienden con amabilidad, te recomiendan un libro, te sonríen…Basta con cualquiera de esas atenciones, para advertir una razón para ser agradecidos y ¿Por qué no serlo? Aquel con quien expresemos nuestra gratitud, le estaremos extendiendo un lazo de afecto y confirmando que estamos aquí vivo. Agradecer nos hace salir de nosotros mismos, mirar más allá del propio yo.
«TAL VEZ DESCONOZCAMOS LAS FUENTES DE ALGUNAS DE LAS QUE CADA DÍA BEBEMOS, PERO EL AGUA QUE NOS OFRECEN ES UN DON Y, POR ELLO, LES DEBEMOS GRATITUD.«
Finalmente, agradezco a el creador de la vida, por la oportunidad de existir y permitirme vivir el valor de las pequeñas cosas que se convierten en la rutina del día a día. Por cada una de las personas que alimentan mi corazón de amor y aquellas que me permiten llenarlo de experiencias y aprendizajes al desarrollar el perdón. A todos «gracias».