Una opinion acerca de la trascendecia de las palabras de Alberto Fernández sobre el origen de los argentinos.

Todo empezó con los Romanos…
Continuando con el tema de los maltrechos barcos de Alberto Fernández, quedamos que teníamos que remontarnos a la época del Imperio Romano para poder entender de donde vienen esos complejos y traumas que nos aquejan hoy día con nuestra identidad.
En aquellos tiempos, el Imperio Romano se extendía por todas las costas del Mar Mediterraneo, estando su capital en Roma, obviamente, lo que hoy es Italia, con una fuerte y marcada prescencia en lo que hoy es Grecia y la Península Ibérica, llamada en aquel tiempo Hispania.
Sin embargo no llegaron a controlar toda Europa, sus «civilizados» brazos no llegaban más allá de las riveras del Rio Rin, el Danubio y el Mar Negro en la Europa continental y en las Islas Britanicas no más allá de lo que hoy es Escocia.
¿Y quienes vivían detras de esas Fronteras?… pues los pobres, atrasados, miserables y salvajes BÁRBAROS.
Sin embargo, si lograron conquistar y dominar algunos de estos territorios «BÁRBAROS» como lo fueron Galia, Hispania y Britania.
Y aquí comienza el Complejo de inferioridad y superoridad que llega hasta nuestros días, puesto que los últimos 500 años la humanidad ha sido dirigida por éstos otrora llamados BÁRBAROS, que hoy día son Británicos, Alemanes, Españoles, Portugueses, Holandeses, Daneses, Noruegos, Belgas, Suizos, Suecos, Franceses, etc.
Resulta que ellos jamás olvidaron la forma peyorativa y excluyente con la que la civilizada y culta Roma los trató y en consecuencia pues mantuvieron esa «costumbre» de excluir, a través del desprecio hacia las culturas diferentes, aquellas poblaciones que lograban someter.
Incluso hoy todavía aplican esa «costumbre» entre ellos mismos, solo basta ver el tratamiento que dan los Germanos y Anglosajones y los países que comparten la cultura germánica, a sus pares españoles, portugueses, italianos y griegos dentro de la Unión Europea, para percatarse de la discriminación y exclusión hacia los que considenan «inferiores o subdesarrollados», si me preguntan, creo que es la venganza de los germánicos (que incluye a los anglosajones, pero esa es otra historia) en contra de los «ciudadanos romanos» de aquella época.
América el Nuevo Mundo…

Gracias a Cristobal Colon, y a los primeros barcos rotos de Alberto Fernández, esa práctica encayó en las costas americanas, el Nuevo Mundo, hace 5 siglos atrás, claro ello no significa que en América no hayan existido este tipo de tratos peyorativos entre diferentes culturas precolombinas, solo lo refiero de ésta forma ya que fueron los europeos los que conquistaron y colonizaron el continente, imponiendo su cultura, vía militar y religiosa a la población aborigen.
Durante 500 años nos hemos convertido en un mezclador gigante de múltiples culturas europeas y autóctonas americanas a la que se les debe sumar la introducción forzoza de las diferentes culturas africanas vía esclavización, en su mayor parte bantúes y yorubas.
Pero el resultado ha sido totalmente disfuncional, tal como las familias que sufren de dicho mal, solo basta autoexaminar la propia identidad personal de cada uno de nosotros para darnos cuenta de ello.
¿Cuantos de nosotros conocemos quienes fueron nuestros ancestros aborígenes o africanos y su cultura? y no me refiero a aquello que por referencia histórica hayamos aprendido en la escuela, me refiero al árbol genealógico familiar.
Muy pocos o ninguno, pero seguramente si sabremos de nuestros ancestros europeos y hasta retratos o escudos de armas de nuestros apellidos tendremos y mostraremos con orgullo en nuestro hogar o en el Facebook, lo cual no es nada malo, en lo absoluto, lo malo y autodestructivo ha sido invisibilizar a los otros, y ello lo hacemos por verguenza, ignorancia o indolencia, para así poder encajar en una sociedad «blanqueada» a gusto del estandar europeo, configurandose asi un colectivo «complejo de inferioridad» sobre nuestro origen e identidad, que lo único que ha provocado es una patológica conducta autodestructiva.
Aquí en este punto es donde falla por completo nuestro intento por pertenecer en igualdad de condiciones al concierto de naciones del mundo, nuestra identidad está INCOMPLETA y por lo tanto nuestra propia existencia va a la saga de una identidad que no es la nuestra, NO SOMOS EUROPEOS!!!, tampoco Incas, Mayas, Aztecas o Caribes, así como tampoco africanos, pero ciertamente somos todos ellos a la vez.
Ahora que conocemos donde se origina éste «complejo de Inferioridad» que nos aqueja, debemos enfocarnos ahora en como se ha instrumentalizado éste complejo en Latinoamérica, pero ello lo dejaremos para otro artículo.
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